Esta vivienda surge de la búsqueda de funcionalidad siguiendo criterios bioclimáticos que han primado para estructurar la vivienda siguiendo la orientación más idónea. La organización de la vivienda se adecúa al esquema en “L” que tan grandes resultados dio a la vivienda danesa de los años 50-60. El acceso se sitúa en el encuentro de las dos alas, que dividen la vivienda. Una de ellas, la más alejada, dedicada a dormitorios; la otra, un único espacio diáfano destinado a zonas estanciales. Acotado por las dos alas un patio que se convierte en el corazón de la vivienda, al cual vuelcan todas las estancias.