El edificio se enclava en una parcela privilegiada dentro de un barrio de calles angostas. Una esquina flanqueada por un bulevar con parque y juegos infantiles al oeste y un parque con centro cultural al norte, donde se abren unas impresionantes vistas al skyline de Madrid. Esta amplitud, tanto a escala cercana como lejana condicionan el proyecto. La planta baja se diseña como espacio interactivo de la comunidad, abierto al bulevar para integrar su vegetación al interior del edificio. Aprovechando la poca altura del Centro Cultural, las plantas altas introducen en la vivienda el perfil de Madrid, convirtiéndo las terrazas de los áticos en el gran atractivo de la promoción.